No me parece un asunto mayor que el gobierno compre cobijas de plumas de ganso y televisores con resolución 8K. Hay otros temas que hacen tránsito en el Congreso, impulsados por el gobierno, que sí merecen nuestra atención por ser absolutamente trascendentales para el país. De todas formas, la compra de estos artículos de lujo fue una pésima señal, particularmente, en tiempos de reforma tributaria. Además, fue una compra ineficiente. Los precios pagados superaron el promedio del mercado. Si el gobierno es incapaz de comprar un televisor a buen precio, siendo un electrodoméstico fácil de cotizar y disponible en muchos comercios, qué podemos esperar cuando negocie bienes y servicios en transacciones complejas.
A parte de la reforma tributaria, uno de los temas que preocupan, por la afectación para todos los colombianos, es la reforma a la salud. La idea del gobierno es acabar con las EPS y, probablemente, dejar a millones de usuarios sin cobertura adecuada. No me aparto del hecho de que las EPS requieran mejoras y necesiten ajustes en la prestación del servicio. Lo que no me convence es que se eliminen para dar paso a un sistema de médico familiar, cuando perfectamente puede coexistir lo uno con lo otro. En otras palabras, el hecho de que se quiera fortalecer la atención básica de salud no implica que las EPS salgan necesariamente del juego.
Trabajé en el sector salud a los pocos años de haber entrado la Ley 100/93, lo cual me permitió conocer un poco el funcionamiento del sistema y entender el rol de las EPS. Considero que se debería buscar complementariedad entre el nivel primario de salud, según el nuevo modelo que quiere implementar el gobierno, y la gestión de riesgo que le compete a las EPS. Sin embargo, la Ministra de Salud, ha declarado su intención de acabar las EPS para que el estado retome sus funciones. ¿Volveremos a las tristes épocas del ISS?
Otro tema no menos inquietante es la reforma pensional. Por lo que se conoce, busca que los recursos que tiene el presupuesto nacional para pagar las mesadas a su cargo puedan destinarse para otros asuntos. Así, el monto anual que sería liberado (unos $18 billones), será cubierto por Colpensiones, con los aportes pensionales de los trabajadores activos que únicamente podrán aportar a esta administradora de pensiones, si devengan hasta cuatro salarios mínimos. No conozco el tema en profundidad, pero a simple vista parece riesgoso porque podría pasar que, a futuro, Colpensiones no tenga recursos para cubrir sus propias pensiones. No sé si esta reforma pensional solucionará el gran problema estructural que tiene el sistema, consistente en que solo 1 de cada 4 personas mayores reciben pensión; lo que creo es que, con esto, el sistema privado de pensiones seguramente desaparecerá y el ahorro de los trabajadores puede que también.
En cuanto a la reforma agraria, confiemos en que traiga grandes beneficios a quienes han luchado por tener un pedazo de tierra que les permita salir de la pobreza extrema. De cualquier manera, hay que tener en cuenta que la sola entrega de la tierra no será suficiente. Debe acompañarse de programas de capacitación técnica, líneas de financiación para proyectos productivos y sistemas de riego. Además, se deben asegurar vías de acceso adecuadas, para poder transportar los productos a los sitios de comercialización.
Llama la atención la decisión del gobierno de comprar 3 millones de hectáreas (por $60 billones), para adelantar la reforma agraria y, de paso, dar cumplimiento al punto uno del Acuerdo de Paz de La Habana. Hace cinco años leí el texto completo del Acuerdo y en el punto de la Reforma Rural Integral (RRI), no se previó la compra de tierras como mecanismo exclusivo para adquirirlas, si no se plantearon varias opciones. Por tanto, no parece justificado el acuerdo con FEDEGAN para comprar tal extensión y no deja de sorprender el acercamiento de Gustavo Petro con José Félix Lafaurie (¿habrá algo que no nos han contado en este negocio billonario?). Lo prudente hubiese sido implementar una estrategia de recuperación de tierras y una vez cuantificadas las hectáreas retomadas, comprar las faltantes. Lo más grave, todavía, es que no se sabe de dónde va a salir la plata, pues el ministro Ocampo advirtió que no se pueden utilizar Títulos de Deuda Pública (TES), como lo había planteado el presidente.
Para finalizar, quiero referirme a la reforma a la ley de orden público, bautizada por Petro como Paz Total. No la conozco en su detalle, pero lo que he entendido es que se pretende meter en la misma bolsa al ELN, las disidencias de las FARC, los delincuentes de la Primera Línea y las bandas criminales, para otorgarles un amplio abanico de beneficios (no extradición, rebaja de penas, sentencias alternativas y el derecho a conservar el 10% de sus bienes derivados de las actividades ilícitas, entre otros), a cambio de que se sometan a la justicia. En este sentido, podrían pagar solo algunos años de prisión o ser indultados. Esto no es otra cosa que pavimentar el camino hacia la impunidad.
Lo lamentable es que el gobierno se haya relajado en la aplicación de medidas para combatir a estos criminales. Dos botones de muestra: ya no se fumigan los cultivos de coca y se decidió no bombardear campamentos de bandas criminales cuando hay indicios de presencia de niños, lo cual es una invitación para que se instalen guarderías en estos campamentos. Si los criminales no sienten una clara ofensiva del gobierno y no ven el riesgo de ser capturados, obviamente no se someterán a la justicia. Seguirán delinquiendo en espera de que la Paz Total les otorgue las prebendas ofrecidas.
Por todo lo anterior, insisto en que la menor de las preocupaciones que tenemos los colombianos es que se compren cobertores de plumas. Se nos vienen una sarta de reformas y cambios estructurales que dejarán al país vuelto al revés. Me imagino que son los cambios para vivir saboroso.
Así es, mucha incertidumbre frente a los cambios y sus efectos en la economía. Hace recordar la pésima gestión de Petro cuando fue alcalde de Bogotá. La dejó con las finanzas muy enredadas y con muchos problemas de infraestructura y gestión social. Puro bla bla bla. Ojalá aprendiera de eso y vivir sabroso fuera una opción para la mayoría.
ResponderBorrarEstoy de acuerdo contigo.lo que plantean anticipa un riesgo país que pueda llevarnos a un verdadero desastre.
ResponderBorrarExcelente radiografía de lo que está ocurriendo actualmente en el País y el Gobierno de turno. Que espero sea de turno y poco tiempo!!!
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