Los teatros que frecuentaba en mi juventud apagaron sus proyectores para siempre. Estando en el colegio y después en la universidad, fui un cliente asiduo de las salas de cine bogotanas. Tengo muchos recuerdos de aquellos tiempos inolvidables en donde las películas no estaban al alcance de un click, como sucede hoy. De esa maravillosa época recuerdo que…
… las funciones eran matinée (matinal), vespertina y noche. Luego vendría el cine continuo que permitía el ingreso a cualquier hora. Así, era común que primero se viera el final de la película para luego tener que esperar por su inicio, con el desarrollo de la trama ya conocido.
… la cartelera de cines se publicaba en una página completa de los diarios, con fotos de las películas, el horario de las funciones y la dirección del teatro.
…las categorías de los teatros eran determinadas por la calidad de la proyección y el sonido, el tamaño de la pantalla, la comodidad de las sillas, y en general, la generosidad de los espacios y la estética de sus instalaciones. Los de primera categoría eran los que presentaban películas de estreno y los de segunda, presentaban re-estrenos en sesión doble.
…era usual que una película se proyectara simultáneamente en grupos de teatros. Por ejemplo, un estreno podría hacerse en los cines Opera-Libertador-La Castellana o Trevi-Scala-Tisquesusa.
…había cines de sesión doble y proyección continua, por un bajo precio. De esa categoría estaban El Atenas y el Novedades que quedaban cerca de mi colegio (debió ser la calle 12 arriba de la 7ª). El primero se especializaba en películas mexicanas y de artes marciales, y el segundo proyectaba películas para adultos. También estaban El Lux situado sobre la Plaza de Las Nieves y el Mogador, en la calle 23 con 6ª.
…por cercanía a la universidad, frecuentaba El Embajador, Metro, Metropol, Olympia, El Cid, Opera y los Cinemas (cuatro cines contiguos situados en la calle 24 entre carreras séptima y octava).
…había salas XXX, con sistema rotativo, como Esmeralda y Cinema Séptima que quedaban en el centro sobre la carrera 7ª. y El Imperio localizado en Chapinero cerca de la Plaza de Lourdes. Este último se hizo famoso porque permitía el ingreso a menores de edad.
…había cines de barrio como el Santa Cecilia en el Olaya, el Arlequín en La Soledad, Adriana en Paulo VI, Calypso en Santa Isabel y Avirama y Milán en Fontibón.
…si se quería quedar como un príncipe, cuando se invitaba a cine a la novia —o a quien se quería conquistar— había que llevarla a Unicentro o a Granahorrar (hoy Centro Comercial Avenida Chile).
Hoy solo quedan cines en centros comerciales. He visto, con cierta nostalgia, como las salas en las que antaño vi centenares películas se han clausurado o convertido en iglesias cristianas o auditorios de universidades. Donde quedaba el Lucia (carrera 13 como con 55) ahora hay un almacén de zapatos; donde funcionaba el Aladino (esquina de la carrera 13 con calle 60) ahora es una sucursal de la papelería Panamericana; las instalaciones del Metro Riviera (carrera 13 con 58) dieron paso al sitio de rumba Teatrón; donde estaba el Libertador —en el pasaje de Chapinero que conserva su nombre— se estableció la sede de una empresa de call center y donde estaba el Cinelandia (carrera 13 con 65) ahora es una tienda de productos eléctricos.
En esos tiempos, para mí, ir a cine era todo un plan que disfrutaba muchísimo. Cada vez que me encerraba en esa sala oscura, para ver la proyección de la película, en una gran pantalla blanca, me abstraía de la realidad para vivir historias cargadas de emociones que me ponían a soñar. De alguna forma, yo terminaba siendo el protagonista.
Remate al Arco. Mirar por el retrovisor lo que fueron los teatros, me hace evocar una época de momentos felices que compartí con muchos amigos. De la época del colegio, recuerdo especialmente a Mauricio Calle, Ricardo Jiménez y Eduardo Salcedo. En la universidad, mis socios para el cine fueron Isidro Murillo y William Ramírez.
Tuve la oportunidad de construir mi primer emprendimiento, a mediados de la década de los 80. Era una Video Tienda que alquilaba películas de Betamax. Recuerdo mucho que se protegía mucho a las salas de cine, tanto así, que los estrenos de películas, no se encontraban disponibles en formatos para alquiler y solo se podían ver en teatros.
ResponderBorrarSe conseguían los estrenos como copias piratas de pésima calidad, que dañaban el mercado de las tiendas de video, porque los consumidores buscaban esos estrenos, sin importar su calidad.
Los formatos modernos de cine inmersivos, como salas 4DX o Imax, mantienen viva la experiencia, la cual difícilmente podrá ser superada por las plataformas de contenido, que se muntiplican cada día más. Las salas de cine como las conocimos, desaparecieron pero evolucionaron y serán más exclusivas y selectivas, pero no creo que vayan a desaparecer.
Javier Salas
La techonologia es una cosa muy berrionda. Con celulares y plataformas nosotros tambien contribuimos a cuasi acabar las epocas de ir a cine. Acabamos todas esas relaciones que alimentabamos con el ir cine . En el barrio la Estrada teniamos el teatro Elvira y el plan era ver peliculas de karate y en Semana Santa no podia faltar El Martir del Calvario. Posdata. 1. En la epoca de la U con Jorge y otros amigos acababamos muy pronto todas las peluliculas de cartelera. Posdata 2. Tambien durante un par de años tuve un emprendimiento de alquilar peliculas que iba mas o menos pero el negocio se acabo en la epoca del apagon.
ResponderBorrarExcelente artículo que me trajo muchos recuerdos. Solo diría que te faltó el Teatro México en la calle 22 arriba de la Cra. 7a. Y uno que quedaba en la calle 6a. Arriba de la Cra. 10, que no recuerdo el nombre. También recuerda que la mayoría de nosotros tuvimos cita con nuestra novia o amiga que queríamos conquistar o tener un desliz e n el pasaje del Libertador, que en esa época era el sitio "IN" donde casi todos nos poníamos cita. Saludos
ResponderBorrarMaravillosos recuerdos que evocan épocas inolvidables. Que buena memoria, todas las salas en Bogotá desde los años 70 enumerados uno a uno. Excelente escrito, felicitaciones.👍🖐️
ResponderBorrarQue buena columna, los escapes de clase terminaban en el Encanto, Rio y España, los “tarros de la época “ y porqué eran los más económicos, a tiempos aquellos que nunca se podrán olvidar .
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