No soy de participar en marchas, aunque me parecen una expresión válida de inconformismo; siempre y cuando, representen genuinamente la voz del pueblo y no sean inducidas ni mucho menos compradas. Que recuerde, solo he marchado una sola vez. Fue en febrero de 2008, cuando más de un millón de colombianos salimos con camisetas blancas, a repudiar a la guerrilla de las FARC. Recuerdo un río de gente por la carrera 7ª a la altura de la calle 72. Creo que esa ha sido la mayor movilización que ha habido en Colombia.
…considerar que se trataba de una movilización espontánea que no tenía un rótulo político. De hecho, marcharon personas de derecha, del centro e incluso de movimientos de la izquierda independiente. Fue una movilización de todos los colombianos cansados por el desgobierno y preocupados por el futuro del país.
…la manera autocrática con la que Petro gobierna, tratando de hacer las cosas a la brava y forzándolas para imponer su voluntad. Tal es el caso de la descabellada política energética que, muy seguramente, nos llevará a importar petróleo y gas de Venezuela.
…su intención de convocar una Constituyente, cuando aseguró que no lo haría, y más aún, por su plan cada vez más develado, de hacer una reforma constitucional sin seguir el camino legal para hacerlo, lo cual evidencia que no tiene el más mínimo respeto por las instituciones.
…el desdén manifiesto hacia los tecnócratas y el nombramiento de personas que no tienen la formación ni la experiencia, siendo su único mérito para llegar al gobierno, el haber apoyado al presidente en campaña. Petro privilegia a los influencers por encima de profesionales altamente calificados.
…la animadversión hacia el sector empresarial y el establecimiento de barreras a la inversión privada y en especial, a la extranjera.
…tener, prácticamente, todos los sectores estancados y algunos en crisis como el de la salud, vivienda, infraestructura, construcción, manufactura, hidrocarburos y la lista sigue, pero con esto alcanza para ilustrar el punto.
…el descuido de la seguridad y control de todo el territorio nacional, la benevolencia con los delincuentes y el arrodillamiento frente a los grupos al margen de la ley.
…el irrefrenable deseo de reformarlo todo así funcione bien, sin medir las consecuencias y los altísimos costos que esto trae consigo. Un ejemplo de esto es la forma como está acabando con las EPS, asfixiándolas financieramente para propiciar su liquidación, lo cual conllevará a un posible colapso del sistema de salud.
…todos los escándalos, tanto derivados de su campaña presidencial (aportes de FECODE y de la USO no reportados, el caso de Daily Cop y el ingreso de dineros provenientes de donantes que no son “propiamente empresarios“), como los surgidos en su gobierno (lo de la niñera de Laura Sarabia que tiene que ver con la pérdida de unas maletas llenas de dólares y la compra de carrotanques para La Guajira, manchados de corrupción).
En resumidas cuentas, hubiera marchado porque me siento indignado por la manera cómo se está conduciendo el país y para sentar mi voz de protesta por el fracaso monumental que ha sido este gobierno. En 2026 —ojalá no sea después— Petro nos entregará una Colombia totalmente rezagada. Para entonces, no solo habremos perdido cuatro años de desarrollo y la posibilidad de haber avanzado, si no, muy seguramente, habremos retrocedido. No sé cuánto tiempo tomará recomponer el país, pero creo que nos habría ido mejor si nos hubiera caído un meteorito.
Remate al Arco. Muchas personas sin ser petristas —e incluso, sin ser de izquierda— votaron por Gustavo Petro por el hartazgo producido por los malos gobiernos de derecha y en especial, como consecuencia de la mediocre gestión de Iván Duque. Varias de estas personas, que, ingenuamente, creyeron en un cambio, marcharon hace ocho días en contra del presidente porque se sienten absolutamente decepcionadas. En mi caso, aunque no voté por Petro, debo decir que no me ha decepcionado, simplemente porque no esperaba nada bueno de su gobierno.
Absolutamente de acuerdo contigo. Que indignación, frustración y descontento permanente el que se siente. Cómo duele la Patria.
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