Mañana domingo se llevarán a cabo las elecciones regionales. Se elegirán gobernadores, diputados, alcaldes y concejales. En cuanto a la carrera por la alcaldía de Bogotá, he seguido con interés los debates entre los aspirantes a suceder a Claudia López. Todos coinciden en el diagnóstico de los problemas más importantes de la ciudad y las soluciones que proponen también son similares, aunque con algunos matices. Para mi gusto, muchas de ellas suenan bien, pero son un poco etéreas y algunas, abiertamente populistas. La mayoría de los políticos le siguen apostando a la frase efectista así sea vacía o con un contenido pobre, pues saben que les representa votos.
Siendo la seguridad y la movilidad los dos grande problemas que aquejan a la capital, considero que los ciudadanos del común nos daríamos por bien servidos, si al menos, nos devuelven la posibilidad de vivir con tranquilidad, sin la zozobra que se siente en las calles bogotanas, y podemos contar con un sistema de transporte público digno y que no se nos vaya media vida en los trancones. Necesitamos que se recupere la malla vial, que se controlen las motocicletas que inundan las calles (hay una moto por cada 5 habitantes) y que se reorganicen los vendedores ambulantes que incluso han invadido las estaciones de Transmilenio. Se requieren, con urgencia, soluciones concretas a los problemas de la ciudad para que sea segura, transitable, limpia y, en definitiva, más vivible y amable.
No votaré en Bogotá; pero si lo hiciera, lo haría por Carlos Fernando Galán, quien va punteando en las encuestas a pesar de la chaqueta roja que no se quita desde la campaña pasada. Galán es el candidato que más me gusta y me parece que podría hacer una buena gestión por su preparación, conocimiento de la capital —conoce la ciudad como taxista viejo— y entendimiento de sus dificultades. Me genera confianza en cuanto a su capacidad para resolver los problemas que enfrenta y enfrentará la ciudad en los próximos años. Además, encuentro en él algo que no es común ver en los políticos y es el reconocimiento de las cosas buenas hechas por gobernantes anteriores, sin importar si ideológicamente están en orillas diferentes. Eso asegura no desechar los avances y construir sobre lo construido, en beneficio de la ciudad.
Otra candidato que también me gusta es Juan Daniel Oviedo —tercero en las encuestas— quien fuera director del DANE en el gobierno de Iván Duque. Lo percibo transparente y ajeno a los vicios de la vieja clase política. Me parece un tipo inteligente con una forma fresca de hacer política y una actitud de respeto hacia los demás candidatos. No le he escuchado un solo ataque a sus contendores ni descalificación de sus ideas, lo cual habla muy bien de él. Por momentos me recuerda a Mockus en campaña, diciendo lo que realmente piensa así le reste votos. Esto da muestra de su sinceridad.
En Bogotá se estrenará la segunda vuelta. Según las encuestas, todo indica que Carlos Fernando Galán y Gustavo Bolívar serían quienes lleguen a esta instancia prevista para el 19 de noviembre. Sin embargo, en la última medición de la encuestadora Invamer, revelada hace dos días, Galán registra el 41.1% de la intención de voto mientras Bolívar llega sólo al 21.4%, con lo cual la alcaldía se definiría en primera vuelta. Recordemos que para ganar en “primera” se necesitan, al menos, el 40% de los votos y una ventaja de 10 puntos porcentuales sobre el segundo y esto, precisamente, es lo que se está reflejando en los datos suministrados por Invamer. Veremos qué pasa mañana en la encuesta real que es la que sale de las urnas.
En las pasadas elecciones para la alcaldía, Carlos Fernando Galán perdió por tan sólo 86.000 votos. Me parece que en esta ocasión los bogotanos lo elegirán como su alcalde y en primera vuelta, con lo cual nos ahorraríamos unos $300.000 millones que es lo que cuesta el desempate final. Si de todas formas hay segunda vuelta, será interesante ver el tipo de alianzas que harán los candidatos finalistas y si estas corresponden a cálculos políticos o a un genuino compromiso con la ciudad.
Remate al Arco. Gustavo Bolívar, emulando a Petro que también lo hizo en campaña, acudió a una notaría para suscribir un documento mediante el cual se comprometió a respetar el diseño de la primera línea del metro, tal y como está contratada. Pienso que debió aprovechar el trámite para comprometerse también a no apoyar, de nuevo, a la otra primera línea.
Hola Jorge. Estoy de acuerdo con tigo y menos mal los.bogotanos y gran parte de Colombia se ha dado cuenta que los gobernantes de la izquierda han sido peores que los de siempre y gracias a todos nosotros ganó Galán que como usted lo dijo va a seguir con lo bueno que ha hecho Claudia y obviamente traera cosas nuevas. Tengo fé que en su gobierno mejorara la seguridad y la movilidad. Saludos
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