Nairon-Man en el Tour de Francia

 


Confieso que no sé mucho de ciclismo. Desconozco cuáles son las relaciones de marcha de una bicicleta (proporción entre plato y piñón) y cuál de ellas, es óptima para los terrenos de ascenso. Ignoro, también, cuáles son las ventajas de una rueda lenticular en una contrarreloj o cómo funcionan las estrategias de los equipos profesionales. En otras palabras, soy un aficionado raso que sólo se limita a ver algunas etapas de las grandes carreras, para hacer fuerza por los compatriotas. Es claro, entonces, que mis conocimientos ciclísticos son muy inferiores frente a los que tengo en otras disciplinas como, por ejemplo, el fútbol. Al menos, en este deporte, tengo claro que tres córneres seguidos dan penal.


A pesar de lo anterior, caigo en la tentación de opinar sobre el desempeño de nuestros ciclistas en las grandes competencias internacionales. En particular, quiero referirme a la actuación de Nairo Quintana en el Tour de Francia, que finalizó hace un mes larguito. En términos generales, creo que fue una de las presentaciones más discretas de nuestros pedalistas, en los últimos años. Sin embargo, los medios no lo registraron así e incluso, durante la misma competencia, magnificaron el desempeño de Nairo quizá para mantener la audiencia que sostiene la pauta publicitaria. Admiro y respeto al ciclista de Cómbita, pienso que es uno de los más grandes que ha dado el país, si no el mejor; pero me parece que quedar en la clasificación general en el sexto puesto, a más del 16 minutos del campeón Jonas Vingegaard, no es una actuación destacable.

 

En mi opinión, Nairo Quintana, quien fue el mejor colombiano clasificado, no hizo el gran tour que nos hicieron creer. Desde luego, que no faltará quien diga que le fue muy bien, si se tiene en cuenta que el Arkéa-Samsic es una escuadra modesta y, por tanto, no contó con buenos coequiperos; que ya tiene 32 años; que tenía diarrea; que le dolían las rodillas; que tuvo que soportar frío; que hubo mucho calor… somos buenísimos para justificar todo. Pero lo cierto es que terminamos haciendo fuerza, no sólo para que Nairo no perdiera tiempo en las etapas planas o en la contrarreloj, como es habitual, si no también, para que no le sacaran minutos en las etapas de montaña. Lo paradójico es que casi nos herniamos para que mantuviera el sexto puesto y finalmente, terminó perdiéndolo por cuenta de la sanción que le impuso la Unión Ciclística Internacional (UCI), al encontrarle Tramadol en las muestras de sangre. Confío en que su apelación ante el TAS (Tribunal Arbitral del Deporte), le resulte favorable y le devuelvan el sexto puesto.

  

Escuché declaraciones de Nairo, por momentos con acento español, en las cuales comentó que dio lo mejor de sí y que estaba contento con haber quedado dentro de los diez primeros. Me dejó un poco sorprendido su conformismo; pensé que sus objetivos eran más exigentes. Quizá alcanzar el podio, ponerse la camiseta de las pepas rojas o ganar, aunque sea, una etapa. Extraño el “Nairon-Man” que emocionaba al país entero.


En contraste, Rigoberto Urán sí tuvo autocrítica. A decir verdad, tenía que hacerlo porque perdió casi dos horas respecto al líder. No alcanzó a Vingegaard ni en el hotel. De todas formas, Rigo no sacó disculpas. Fue realista y reconoció que no hizo nada: “No hice un c…” concluyó a su manera.  


Siempre querré que nuestros deportistas triunfen. Es apenas natural desear que nuestros connacionales se destaquen y alcancen logros importantes. Pero cuando les va mal no podemos meternos cuentos o dejar que la prensa deportiva, acostumbrada a sesgar opinión, nos quiera vender humo. Por supuesto, que tampoco se trata de crucificarlos por una mala presentación ni criticarlos ferozmente cuando las cosas no salen bien; pero sí me parece que hay que ser realistas frente a los hechos.   


Aunque no estoy siguiendo la vuelta a España, escuché que Higuita puede dar la sorpresa. Pensé que René ya estaba retirado. La última vez que supe de él fue en Cambio Extremo.

 


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5 comentarios

  1. Si no me dan el penalti después de los tres tiros de esquina, me llevo el balón y no juego más. Bueno en relación al ciclismo, creo que Nairo,Rigo y hasta Chávez ya hicieron lo suyo y no podemos exigirles más. Están Higuita y Superman López que en todas las carreras se van de J.... Y otro que se me escapa el nombre. A ellos si hay que exigirles. Nairo y Rigo ya cumplieron. Ojalá a Egan no le pase igual que a Cristopher Froome. Después del accidente nada.

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  2. Me apasiona, disfruto y vibro con el ciclismo. Admiro profundamente a los hombres y mujeres que eligen este deporte convirtiéndolo en su profesión. De las disciplinas más exigentes. Pedalean durante horas en cada etapa muchas veces con con climas inclementes y rutas que les ponen a prueba para el deleite de los aficionados que valientemente los criticamos desde el sofá. Nairo es uno de los mejores ciclistas, es constante en su desempeño. Fue campeón de la vuelta a España, campeón del Tour de Romandía, campeón del Giro de Italia, de la vuelta a Cataluña, también obtuvo un segundo puesto en el Giro, ocupo segundo y tercer puesto en el Tour de Francia entre otros títulos sin mencionarar las etapas ganadas. Pará mí Nairo es NAIROMAN. El problema de los ficionados es que acostumbramos a ensalsar y endiosar a los deportistas olvidando que son seres humanos con buenas y malas rachas. Me gustaría ver a Nairo en un mejor equipo disputando todas las grandes.

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  3. Si bien no fue el mejor Tour de Francia para Nairo, pienso que debemos valorar en su justa medida que terminar en el sexto lugar -entre 176 ciclistas- no es nada despreciable. Coincido en que debemos aprender a medir con mayor rigurosidad los éxitos y las derrotas de nuestros deportistas, sin embargo, el ciclismo colombiano nos acostumbró a que nuestros escarabajos terminaban frecuentemente en el podio -por no decir que ganaban bastante seguido. Esta costumbre al podio o al título en el ciclismo nos convierte en aficionados exigentes, queremos estar siempre en los primeros lugares y no estarlo nos hace menospreseciar desempeños, que aunque son buenos, están por debajo de nuestras expectativas. Los aficionados al ciclismo colombiano somos el equivalente a los seguidores del Fútbol Club Barcelona: estamos acostumbrados a ganar, quedar de segundos o terceros no es destacable, así sea por un penal para el rival después de tres córneres. Saludos desde Marruecos!

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  4. Como siempre, atinado y claro comentario. Gracias.
    Por la circunstancia que comentas con el Barcelona, podrías considerar pasarte al Real Madrid... je je je

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  5. En esta ocasión no puedo compartir tus comentarios y no por sesgo que pueda tener siendo ciclista, y fan a ultranza de uno de los mejores deportistas de la historia del deporte colombiano, para mí, pues es que solo hay que ver su palmarés, ningún ciclista latinoamericano lo iguala. Y en el Tour, después de los fenómenos y fuera de serie, Pogacar y Vinggegard, el único que pudo amenazar y atacarlos en etapas clave fue Nairo, está vigente y muy maduro, y lograr estar en el top ten de cualquiera de las tres grandes vueltas es excelente, corren 180 y no todos pueden tener ese honor. Creo que mientras el ciclismo nos da satisfacciones desde hace más de quince años, hay muchos deportes que brillan por su ausencia. En lo que sí coincido contigo, es en lo del comienzo, eres un neófito aficionado del ciclismo, en buen proceso por atreverse a escribir. Un abrazo

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