El presidente lo volvió hacer. De nuevo hizo el ridículo en un escenario internacional. Esta vez, en la feria Expo Osaka 2025, en Japón, hace apenas un par de semanas. Con su ligereza habitual exageró datos cuantitativos y lanzó cifras tan astronómicas como absurdas.
En un trino anunció que 1.300.000 millones de personas —es decir, 1.3 billones— visitaron el stand de Colombia. Es como si toda la población del planeta hubiese ido unas 160 veces a ver el pabellón colombiano. No contento con este descache, agregó que se habían vendido 10 millones de toneladas de lechona, que equivaldrían, teniendo en cuenta peso, volumen y modo de transporte, a más de 143.000 buques cargueros repletos del popular plato tolimense.
Incluso si en el momento de trinar, Petro tenía, entre pecho y espalda, un par de sakes, resulta inaudito que pierda por completo el sentido de las magnitudes. Lo peor es que nunca corrige, no rectifica sus cifras. Las deja ahí, flotando en el aíre, para que los incautos las den por ciertas. Y me imagino que hay quienes lo hacen por más disparatadas que sean.
Ahora bien, ¿será que esta carencia del sentido de las proporciones es una característica de la izquierda? Irene Vélez, cuando era Ministra de Minas aseguró que el déficit del Fondo de Estabilización de Precios del Combustible era de $10.000 billones, lo que equivale, grosso modo, a casi la mitad del presupuesto federal de Estados Unidos. Por su parte, Álvaro Leyva, cuando estaba al frente de la Cancillería, afirmó que la frontera compartida con Venezuela era de 2.200.000 kilómetros. Si tenemos en cuenta que la distancia media que nos separa de la luna es de 384.400 Kilómetros, eso da cuenta del tamaño de su equivocación.
La duda persiste: ¿es simple torpeza numérica o un acto consciente de manipulación de datos para su conveniencia?
Volvamos al presidente. Así como Jesús hizo la multiplicación de los panes —de los “penes”, dijo alguna vez Maduro— es probable que Petro haya hecho la milagrosa multiplicación de las lechonas. Solo así se justificarían esos fantasiosos cálculos. No olvidemos que él se ve a sí mismo como el Mesías nacido para salvar el mundo y, de paso, refundar la patria.
En el caso hipotético de que se quisieran preparar las 10 millones de toneladas de lechona y suponiendo un peso promedio por cerdo de 100 kilos, se necesitarían 100 millones de cerdos. No creo que la población porcina del país llegue siquiera a la mitad. Lo que sí sé, es que el presidente cree tener 50 millones de marranos: los contribuyentes a los que les quiere clavar la nueva Reforma Tributaria.
Remate al Arco. Si vendiéramos la cantidad de lechona referida por Petro, estaríamos hablando de la comercialización de unas 20.000 millones de raciones. Digamos que por cada plato se cobren $15 dólares, obtendríamos ingresos del orden de $300.000 millones de dólares. Con esa platica ya no solo evitaríamos la anunciada Reforma Tributaria, sino que podríamos adquirir una empresa de talla mundial. Propongo que compremos The Coca-Cola Company. Así, podremos vender la lechona en combo con la gaseosa.
Esa es la radiografía de las exageraciones y mentiras del “Presidente Guerrillero”, sin embargo es mejor que Petro siga delirando para que a los que engañó, despierten y con cinco dedos de frente, NO vuelvan a votar por la guerrilla ni por la izquierda extrema, que tienen a Colombia en su peor momento histórico !
ResponderBorrarLa falta de respeto de Petro por el país al que representa es tan grande como su ego y su falta de sobriedad. No me refiero solo al estado alcohólico en el que se presenta con alguna frecuencia en sus actos públicos, sino también a la inprudencia en sus anuncios y declaraciones.
ResponderBorrarPetro subestima a los colombianos y está convencido que seguirá contando con los "50 millones de marranos". Esperemos para nuestro inmediato futuro que no sea así.felicitaciones JLC.
ResponderBorrarPedro Rodríguez. Así es Jorge, ese loco (porque yo no le dijo Presidente) sigue demostrando que es un arrogante, inepto, bruto, prepotente, etc. Y que cree saber de todo y al decir esos datos lo hace con la intención de que todos creamos que es un sabelotodo, pero en realidad deja muy mal al país. Menos mal ya sólo le queda menos de 1 año y oremos para que ese tiempo se pase lo más rápido posible y que deje de decir tanto disparate.
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