Trump Recargado

 



Hace como 30 años estuve en Atlantic City —Nueva Jersey— y tuve la oportunidad de jugar en el casino Taj Mahal, en ese entonces, propiedad de Donald Trump. En su momento, se aseguró que la construcción le había costado 1.000 millones de dólares, cifra, que traída a valor presente y convertida a pesos, no cabe en cualquier calculadora. La fastuosidad de la edificación y el lujo en la decoración interior eran impresionantes. Nunca había visto nada igual, ni volví a verlo en otro lado.


En esa época, Trump no era una figura política. Era un multimillonario reconocido por su sagacidad empresarial —con cierta fama de tramposo en los negocios— pero no se conocía globalmente. Hoy, en cambio, sin apartarnos que es un tipo inteligente y hábil que ha sido capaz de construir un exitoso conglomerado empresarial, sabemos que es un hombre arrogante, infamador, racista, machista y misógino. A esto sumémosle que es objeto de serias acusaciones por acoso sexual, es amigo del autoritarismo, enemigo del libre comercio y ha utilizado fake news como herramienta política a su favor.

Contra todo pronóstico y contradiciendo las encuestas que hablaban de que el ganador lo haría por un estrecho margen, Donald Trump ganó contundentemente las elecciones del martes pasado y se convertirá en el presidente 47º de los Estados Unidos. Fue una victoria arrasadora, tal vez, producto de una campaña adobada con calumnias, mentiras y amenazas o simplemente por el desencanto producido por el gobierno Biden en la clase trabajadora estadounidense. Kamala no le dio la talla, creo que le faltó tiempo para desmarcarse del actual presidente y parecía no estar lo suficientemente preparada para asumir el cargo más importante del planeta, a juzgar por sus posturas confusas y ambiguas en materia de conflictos internacionales.

Como se ve reflejado en lo actitudinal, Trump es una persona tan impredecible que es difícil tener una idea precisa de lo que será su gobierno. Puede acabar la guerra entre Rusia y Ucrania —prometió en campaña que lo haría en 24 horas—, subir los aranceles o puede que no haga nada esto. Puede que saque a Maduro del poder o que se haga el de la vista gorda frente al fraude en las elecciones en Venezuela, pues se ha dicho que tiene una opinión positiva del dictador a quien considera un hombre fuerte. Para los analistas internacionales, es muy probable que ofrezca un apoyo robusto a Israel, dejando en el olvido la crisis humanitaria en Gaza y el Líbano; pero puede, también, que trabaje para conseguir la paz en el Medio Oriente.

La derecha de Colombia y, me imagino, de América Latina y el mundo entero, celebran —en mi opinión, apresuradamente— el triunfo de Trump como propio. De hecho, hace varias semanas algunas empresas encuestadoras identificaron que si las elecciones se hicieran en Colombia, Trump ganaría. Tal vez lo ven como un ídolo, como el gran salvador del mundo y no importa que sea la persona que es, capaz de hacer lo que sea para salirse con la suya. Sus adeptos y admiradores siguen firmes y le perdonan el hecho de que sea un convicto hallado responsable, por una corte de Nueva York, de múltiples delitos derivados del soborno a la actriz porno Stormy Daniels, para que no revelara los encuentros sexuales que sostuvieron; o que haya gestionado pésimamente la pandemia, subestimando la gravedad de la COVID-19, lo cual hizo que aumentara el número de personas que perdieron la vida por causa del virus o que enfrente en la actualidad un juicio en Washington por el asalto de enero de 2021 al Capitolio, cuando dijo que le habían robado las elecciones.

Trump llega a la Oficina Oval recargado y con un inmenso poder al tener la mayoría en el Congreso. Dios quiera que utilice todo ese poder para el bien de su país y del resto del mundo. En cuanto a Colombia, no sabemos a ciencia cierta que le espera a nuestro país, pero se puede intuir lo que pasará si tenemos en cuenta que con el gobierno Petro tiene más puntos de divergencia que de encuentro. Si cumple lo que anunció en campaña sentiremos los efectos en el comercio (incremento de aranceles), en lo fiscal, en el flujo de remesas hacia Colombia y en el tema migratorio (deportación de connacionales).

Remate al Arco. Hace un tiempo, Gustavo Petro, obsecuente a su incontenible tuiteadera y en su afán de cazar peleas, llamó a Trump “looser”. Del magnate podremos decir cualquier cosa menos que sea un perdedor. Hasta en eso se equivoca nuestro presidente.

Al otro día de conocerse el resultado de los comicios, Petro envió un mensaje en X felicitando al nuevo mandatario. Sabe que con el nuevo inquilino de la Casa Blanca la cosa será a otro precio. Me parece que desde ya está viendo venir vientos de “descertificación” y con ello, la reducción de la ayuda que recibimos de Estados Unidos. 

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2 comentarios

  1. Trump representa todo lo contrario a los postulados de la Élite Globalista, representa por la ONU, OMS, FEM, NOM, Agenda 2030-2045, Big Tech, Big Media, Bil Gates, George Soros, Partido Demócrata y sus perversiones, Industria de la Música, Hollywood y sus pedófilos, Etc, es decir, El Estado Profundo, totalitarismo global con todas sus ideologías Progres y abominaciones que hacen parte del Marxismo cultural.
    Gracias a Dios, hay un despertar en el mundo Occidental contra todo esto, están surgiendo personajes como Orban en Hungría, Meloni en Italia, Wilders en Holanda, en América Hispana está Milei y Bukele.
    Como consecuencia de lo anterior, perdió:

    -Matar bebés en el vientre durante los meses del embarazo por cualquier razón
    -La sexualización de los niños
    -La confusión de género
    -La desviación y perversión sexual
    -Hombres en vestidores y baños de mujeres
    -Guerras extranjeras interminables y sin sentido
    -El gasto masivo del gobierno en países extranjeros, mientras a los estadounidenses se les dan centavos
    -Fronteras abiertas e inmigración ilegal para reducir el crimen, tráfico y drogas
    -Censura y discurso forzado
    -La denigración de la masculinidad y feminidad tradicionales
    -Las mentiras, manipulación y engaño de los medios
    -El mal siendo visto como bueno, y lo bueno como malo
    -El odio hacia los principios y la ética cristiana.

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  2. Hola Jorge. Muy cierto tu artículo, yo creo que la gran diferencia se dió debido a que USA como Colombia y varios países de Latinoamérica no estamos preparados para tener una mujer de Presidente, y aclaro que no soy "machista". Además, personalmente no quería que ganara Kamala por su apoyo al aborto y la comunidad LGBT, aunque Trump tampoco me agrada mucho, pero si veo en el un líder innato y eso me gusta además de su apoyo a Israel el pueblo de Dios. A Trump lo comparo con Uribe aquí en Colombia, hay quienes lo siguen sin importar lo que hagan y hay otros que lo detestan. Para mi ya se está viendo el impacto del triunfo de Trump, sin posesionarse, ya que el dólar está cerca de los $4.500 y ojalá no llegue a los $5.000 o un poco más. Saludos

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