Comienza el Segundo Tiempo

 



Por estos días, columnistas, analistas políticos y observadores de diferentes vertientes, se han dedicado a hacer un balance del gobierno Petro al cumplirse la mitad del periodo para el cual fue elegido. Todos —al menos los que leído o escuchado— rajan la gestión del presidente y ninguno tiene una opinión positiva sobre lo que ha representado para el país el llamado gobierno del cambio. Y cómo no estar de acuerdo con ellos, si los dos años de su mandato han sido fallidos. Lo que hemos visto es una administración caótica que toma malas e improvisadas decisiones, lo que pareciera es la marca indeleble del estilo Petro, a juzgar por lo que pasó cuando fue alcalde de Bogotá.

Claro que hay logros del gobierno como el alza sostenida de los precios de la gasolina que redujo el déficit del fondo que la subsidia, la política de gratuidad para la universidad o la reducción de la deforestación. Sin embargo, creo que si hiciéramos un corte de cuentas a hoy, el presidente tiene más desaciertos que aciertos. En lo que sí se ha destacado ha sido en acomodar la narrativa, matizar sus errores y afirmar cosas que evidentemente no son ciertas. Para tratar de justificar su pésimo desempeño, saca pretextos mal argumentados en un intento por disimular su incapacidad y la de sus subalternos.

En términos generales, la gestión del gobierno ha estado caracterizada por los fracasos de las políticas públicas y los escándalos. Las promesas de campaña van quedando en nada. Sin duda, fueron de corte populista y muchos de quienes votaron por Petro creyeron que el cambio anunciado sería positivo para Colombia y hoy, con decepción y tristeza, advierten que estos cambios han sido para mal y que al país se le siguen empeorando sus problemas. Porque también hay que decirlo: Petro encontró muchos problemas derivados, en buena parte, por la ineptitud, inexperiencia y arrogancia del gobierno anterior. Lo que pasa es que su gobierno ha sido tan desastroso y perverso que ya vemos con buenos ojos la mala administración Duque. De todas formas, Petro sabía los múltiples desafíos que le impondría la presidencia y no se preparó para afrontarlos adecuadamente como tampoco se ha sabido rodear. Con excepción de Laura Sanabria, sus colaboradores han resultado inferiores a los retos que demandan sus cargos.

Pienso que en la segunda mitad del cuatrienio del presidente no se va a enderezar el camino, no se va a recuperar lo desandado y el país va a seguir sin brújula. Es más, mucho me temo que los problemas se agraven. Viene el desabastecimiento de gas, un probable racionamiento eléctrico por falta de inversiones en generación, incremento del déficit fiscal, aumento del desempleo y a esto sumémosle el riesgo de recesión que sería mayor si se aprueba la nueva reforma tributaria que se está cocinando. También me parece que en estos últimos dos años, Petro seguirá agudizando la polarización y dividiéndonos como sociedad. Ojalá no nos lleve a una situación conflictuada que desencadene enfrentamientos violentos entre sus opositores y quienes todavía le copian y se sienten representados por él.

Como la incertidumbre y el pesimismo sobre el futuro nacional es enorme, conviene no quedarse en el diagnóstico y conformarse con criticar al gobierno. Considero que el sector privado, los gremios y el mismo Congreso y los gobernantes territoriales deberían hacer propuestas de fondo para tratar de solucionar los graves problemas que afronta el país. Urge sacar a Colombia de la encrucijada en que se encuentra y no debería importar de dónde vengan las soluciones. ¿No será que de pronto el gobierno deja el solipsismo y su proverbial terquedad y acoge alguna iniciativa, en beneficio del país, proveniente de la empresa privada o de la derecha? Creo que, al menos, habría que intentar darle luces al presidente aunque será muy difícil sacarlo de su libreto. Lo otro sería cruzar los dedos para que pasen rápido estos dos años que le quedan a Petro y rezar para que no se acabe de tirar el país y lo vuelva más estatizado, más dependiente de la clase política y por tanto, más propenso a una corrupción desbordada.

Remate al Arco. Por lo que ha sido el primer tiempo de Petro y lo que se avizora será el segundo, no me extrañaría que para el 2026 aparezca una especie de Bukele que se vuelva el inquilino de la Casa de Nariño.



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6 comentarios

  1. Esperamos un segundo tiempo sin alargue o aún mejor, que se vaya la luz y así poder acabarlo antes de tiempo.

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  2. Oremos. Que vuelva pronto la derecha. Todo sera bonito.

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  3. Que el Señor nos bendiga y cese ya la horrible noche.

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  4. Ojalá que se vaya a Marte , sin boleto de regreso .

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  5. Estoy totalmente de acuerdo contigo Jorge es más para mí ha sido peor que Duque, a quien le resalto lo bien que manejó la Pandemia. Lo otro que hay que criticarle es que no se deja aconsejar y siempre es sólo lo que él dice, y así es muy díficil que una sola persona pueda sacar a Colombia adelante. Siempre he dicho y lo seguiré diciendo que su Gobierno ha sido de los peores y como han dicho la mayoría, "ojalá éstos 2 años se pasen lo más rápido posible.

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  6. Lo deseado es lo que propones en remate de arco:que aparezca un Bukele con claridad mental y autoridad y ponga bajo rejas a tanto corrupto de nuestra desprestigiada clase política.🙏

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