Me siento absolutamente orgulloso de mi hija María Juliana, entre otras
cosas, porque tiene la determinación y la valentía para luchar por alcanzar sus
sueños. Soñar es fácil, pero atreverse y esforzarse por hacer realidad los
sueños es algo digno de admirar. Cedo este espacio para que sea ella quien nos
cuente como avanza en su proceso de hacer realidad su sueño: trabajar en la revista
de moda más importante del mundo como generadora de contenidos.
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La moda puede ser todo o nada depende de quién lo
diga. Si se le preguntara a Miranda Priestly, la redactora jefe de la revista Runway
en la película “El Diablo Viste a la Moda”, nos daría un sinfín de cosas
que significan moda, mientras que una persona que observa la moda desde la
banalidad sólo haría una mofa sobre la portada de una revista. En mi caso, soy
fiel creyente de que la moda es un medio para expresarse, identificarse,
ubicarse, enseñar y sobre todo, visibilizarse. La moda ha sido algo que me ha
acompañado desde una temprana edad, desde ver como mi papá planeaba con
detenimiento cada pinta para el fin de semana, hasta ver como mi mamá sacaba
todo el closet para decidir cuál sería la camisa apropiada para la
oficina.
La moda es para mí y por eso mi sueño es ser escritora
de moda, lo cual me llevó a iniciar estudios de Comunicación Social como un
primer paso, para después pensar en la posibilidad de complementar mi título
universitario con una maestría de Comunicación de la Moda en Europa. Consideré Milán
como primera opción, lo que me llevó a aprender italiano, idioma que empecé a
estudiar en 2020 y que hoy ya domino por completo. Ahora, estando en Madrid y
viendo todo lo que puede ofrecer en el campo de la moda, hace que sea una posibilidad
muy grande continuar mis estudios aquí.
A raíz de una serie de esfuerzos, hoy puedo decir que
me estoy formando para lograr lo que quiero. Apliqué a una beca para Vogue
España. Tenía pocas esperanzas de entrar, solo fue un acto al aire que terminó
cambiando mi vida. Cuando me llegó el correo dándome la buena noticia no lo
podía creer, pasaron por mi cabeza un millón de escenas de todas las películas
de moda que había visto, junto con todos los nombres que tengo memorizados de
la industria.
No me cabía en la cabeza en qué momento con solo dar
un “enviar” tendría dentro de unos meses, una vida fuera del país y lejos de mi
familia. Pasó el tiempo y así fue, me vi en la obligación de decidir entre
comenzar mi tercer semestre en la Javeriana o mudarme a Madrid, fue una
decisión complicada. Aunque sea difícil de creer, la comodidad que tenía en
Bogotá iba a desaparecer, no iba a tener mi familia ni amigos cerca, se iba a
terminar mi rutina y a mis 19 años, no sabía absolutamente nada de vivir sola.
En la cuenta regresiva para mi viaje estaba muy nerviosa, no quería despedirme,
no quería dejar mi cuarto, mis cosas y mucho menos mi familia. Recuerdo que mi
última noche en Bogotá estuve despierta toda la noche con mi hermana viendo
películas, nos dieron las 6 a.m. y yo solo no quería que saliera el sol para no
tener que asumir que ese día debía irme. Me despidieron con mi desayuno y
almuerzo favorito, pero tan pronto cerré la puerta de la casa supe que, aunque
tuviera ganas de arrepentirme, valdría la pena más adelante. Me despedí en el
aeropuerto con los ojos encharcados y para hacerlo menos triste después del
último abrazo, no miré atrás.
Han pasado casi tres meses desde que me mudé a Madrid
y puedo decir con certeza que no me equivoqué en mi decisión. Fue difícil al
inicio, pues cualquier cambio drástico no es sencillo de digerir, pero con el
paso de los días cada vez me he ido sintiendo más a gusto en mi espacio. Me
hace falta tener compañía en las cosas cotidianas o saber que al llegar a casa
alguien me está esperando para conversar sobre mi día. Son cosas que para mí
eran intrascendentes, pero verdaderamente son especiales. He conocido
personas que hacen mi paso por esta bella ciudad algo ameno, cada día aprendo sobre
lo que me ilusiona y me apasiona. Valió completamente la pena el cambio, siento
que el esfuerzo se verá recompensado en el largo plazo, cuando pueda hacer
realidad mi sueño y llegue dentro de unos años, a las oficinas de Vogue, pero
esta vez para quedarme.
Edgar Mojica
ResponderBorrarQue hermosa historia, muestra claramente los objetivos y los sueños de los jóvenes responsables y valientes que a pesar del apego a su familia y a sus costumbres afronta con decisión los nuevos retos para su vida y su futuro. Felicitaciones a Julianita y con Fé en Dios y mucho entusiasmo seguro que alcanzará sus sueños
Herencia de Jehová son los hijos… son como flechas en las manos de su padre. Salmos 127: 3 -4. Felicitaciones Jorge L. Me uno al orgullo que sientes porque conozco el amor de papá que has tenido por tus hermosas hijas.
ResponderBorrarHermosa princesa Al igual que toda tu familia también me llena de orgullo saber que luchas y trabajas para hacer realidad tus sueños. Espero a tu regreso muchas historias y anécdotas con tu encantadora forma de contarlas. Vive, aprende y disfruta. Mil besitos
ResponderBorrarÉxitos para Juliana, seguro que sus sueños se cumplirán y felicitaciones para sus padres por esa hija empoderada. GCM
ResponderBorrarQué bien Jorge Luis, felicitaciones por los logros que está teniendo tu hija y que todos sus sueños se vayan haciendo realidad con la constancia y decisión que pone en conseguir sus metas un abrazo!
ResponderBorrarQué bien! Felicitaciones por tan enriquecedora experiencia. Es un ejemplo de que con esfuerzo se logran los sueños. Remate al arco: en el mundo hay dos museos de Yves Saint Laurent (París y Marrakech). Ya que es una apasionada por la moda, le recomiendo visitar en algún momento uno de estos museos, especialmente el de Marrakech en el que se puede ver la influencia del arte marroquí en la haute couture (alta costura). Saludos.
ResponderBorrarDivina la Juliana siempre decidida y mirando para el frente. Orgulloso papa te mando un beso
ResponderBorrarQué orgullo! Apuntando a las grandes ligas como otras colombianas como Nina García la Editora en jefe de Marie Claire. Lo mejor poder hacer lo que le apasiona. Abrazo. Nathalie
ResponderBorrarMuchas felicitaciones para tu hija Juliana. Por lonque escribió, se nota que le va a ir muy bien y al parecer contibuará su vida allá. Sin duda te debio dar mucha tristeza verla partir, pero esa es la Ley de vida y como el dicho "Los hijos son prestados" y en esta etapa de nuestras vidas es que nos damos cuenta de esta verdad. Muchos saludos a Julianita y ánimo
ResponderBorrarFelicidades Jorgito!!! Felicitaciones por esa linda carrera que tu hija se está formando con amor y con vision. Felicidades por tener el orgullo de una hija haciendo cosas grandes en el extranjero!!!
ResponderBorrarQuerido Jorge Luis, sinceramente que orgullo que con razón tienes en publicar esta historia tan bonita y ejemplarizante de tu hija Maria Juliana, además el legado tuyo que lo menciona en esa agradable narración de experiencia de vida, que le transformó su perfil profesional, y aportó a en su crecimiento personal y familiar. Toda mi admiración y reconocimiento, los Felicito por los logros y éxitos de Maria Juliana
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