Cursando tercer semestre de Contaduría pensé en cambiarme de carrera. Quería pasarme a Publicidad. Con Jairo Moreno, un compañero que tampoco encontraba muy atractivo eso de tener que lidiar con la partida doble y cuadrar balances, acudí a la vicerrectoría académica para averiguar sobre el trámite para la transferencia. Aunque a los dos nos seducía lo poco que sabíamos del mundo de la publicidad, lo que más nos motivaba para el cambio era que las niñas más bellas de la Tadeo estaban en esa facultad. Esa era la madurez de los 19 años.
Finalmente, no cambié de carrera y terminé Contaduría. Jairo cambió, pero de universidad. No sé si hubiese sido un buen publicista; pero seguramente, de haberme desempeñado como copy, responsable de campañas para televisión, me habría esforzado por hacer comerciales con respeto por la teleaudiencia a diferencia de algunos, absolutamente desagradables, que integran la pauta de los noticieros. Estos son algunos ejemplos:
-Genoprazol. Este medicamento está indicado para la gastritis y alivia las úlceras ocasionadas por esta afección. A lo mejor es efectivo y merecía otro tipo de anuncio. Pero los publicistas se empeñaron en mostrarnos, en un primer plano, las úlceras que se van explotando dentro del estómago del paciente, bañando en sangre todo lo que se encuentra al rededor. Nada más grotesco.
-Medicasp. El comercial exhibe un cuero cabelludo enrojecido por la presencia de los hongos que causan la caspa. Paso seguido, hacen zoom para que el televidente pueda maravillarse con el proceso de descamación. El encargado de comentar tan bellas imágenes es el presentador Carlos “Ricostilla” Calero, quien, con bata blanca, funge como científico. ¿A qué hora Calero pasó de ser un conocedor de sancochos a experto en caspa?
-Tukol D. Una voz en off nos cuenta que este jarabe junta y expulsa las flemas. Luego se ve, en una especie de realidad aumentada, a una mujer expulsándolas. Un cúmulo de flemas verdes emprende un viaje aéreo y en cámara lenta se aprecia como entran por la nariz de un desprevenido transeúnte. Y, por si fuera poco, las repulsivas imágenes son acompañadas por un efecto sonoro que corresponde al sonido propio de la expulsión de las flemas. No hay duda de que este es el comercial más asqueroso de nuestra televisión.
-Unesia. El comercial anuncia que este producto es el indicado para tratar la onicomicosis de “uña vez”. No, pues, qué derroche de imaginación y creatividad de los publicistas. La uña que nos enseñan está llena de hongos (manchas amarillentas con matices color café) y como crece aceleradamente, le van cortando la parte afectada, en una repugnante maniobra.
-Lomecan V. Este es un medicamento que combate las infecciones vaginales. En el escueto comercial, una adolescente le comenta a su tía ginecóloga los síntomas de la infección que padece: flujo, ardor y comezón. ¿Por qué entrar en estos detalles? ¿No sería suficiente con decirle que tiene una infección vaginal? Lo único que faltó fue que nos mostraran la zona afectada.
-Toallas Higiénicas Nosotras. El comercial no deja mucho a la imaginación. Empieza por exhibir la forma como se debe poner la toalla en el panti. Luego nos revela el proceso de absorción de un fluido, que, para efectos de la demostración, se derrama en el centro de la toalla, zona con grandes propiedades de absorción. Anteriormente, el líquido utilizado era de color azul; pero ahora, buscando un realismo innecesario, es vinotinto. Un claro ejemplo de mal gusto.
Hay personas que tienen la costumbre de comer mientras ven televisión. Con este tipo de anuncios, cuyo nivel de repugnancia está por encima del promedio tolerable, me imagino que abolieron esa práctica. Si este fuera un país serio, comerciales como estos darían cárcel a los creativos de las respectivas agencias de publicidad.
Remate al Arco: Al paso que vamos, ¿a cuánto estamos para que en un comercial de papel higiénico Familia, nos muestren su uso con lujo de detalles?
Pensé que era el único que criticaba a Calero por dárselas de científico. Qué pésimo comercial y qué oso el que hace. De los demás totalmente de acuerdo, como diría Alberto Casas, absolutamente frondio
ResponderBorrarAbsolutamente de acuerdo. No hay comerciales mas grotescos, desagradables, morbosos. No se que otro calificativo usar porque ninguno abarca en su significado el horror que me produce tener contacto con este tipo de contenido en especial cuando coinciden con la hora del almuerzo. Prefiero alejarme de la televisión nacional. Me pregunto si en realidad los creativos creen que los televidentes son tan cortos de imaginación que necesitan ver como se expectoran las flemas o como los productos de higiene femenina absorben y como la caspa desaparece. Ojala ahora con tantos recursos tecnológicos y la revolución de la inteligencia artificial estos pobres que se preparan durante varios años para mostrar al mundo su talento en canal Caracol (hace mil años no veo RCN) puedan enviar el mensaje que desean con imágenes mas amables para la teleaudiencia que aún consumen los canales nacionales por decisión o porque es su opción.
ResponderBorrarEfectivamente, como dice el artículo, de muy mal gusto está publicidad, cuando uno se encuentra viendo televisión en horas de comidas
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