El Petrómetro




Llegó a la portería del conjunto en un sobre cerrado que no tenía destinatario; pero sí la dirección de mi casa. Al principio, pensé que era una comunicación de cobranza del banco; pero luego, al abrir el sobre, fui descubriendo, en medio de mi desconcierto, de qué se trataba. En su interior, había una tarjeta de invitación a la “Transmisión del Mando Presidencial 2022-2026”. No lo podía creer: Petro me estaba invitando al acto de su posesión.


Como no soy petrista, lo primero que creí es que se trataba de un error y que, tal vez, la invitación era para mi vecino de la casa 49 que es petrista ideologizado. De hecho, en la ventana de su casa todavía tiene un afiche de “Petro Presidente”, escrito con letras multicolores y en el cual se ve a un Petro sonriente al lado Francia Márquez. Como el cartel lleva allí varios meses, está descolorido por efectos del sol. Tanto así, que Francia se ve blanquita.


Pero estaba equivocado. La invitación sí era para mí. Lo comprobé cuando vi mi nombre en la tarjeta . ¿Y ahora qué hago?, me pregunté. ¿Voy o no voy? Mi primer impulso, fue denegar la invitación. Asistir a la ceremonia de cambio de mando sería como navegar en aguas desconocidas y la verdad, Petro no me gusta. Me parece que tiene los ojos como brotados y se está quedando calvo.


Después de pensarlo varios días, finalmente, decidí asistir. Más allá de si no comulgo con ideas de izquierda o si tengo reservas sobre lo que será el gobierno de Gustavo Petro, consideré que era una oportunidad única que podría aprovechar en varios sentidos. Por ejemplo, si en la ceremonia oficial me tropezara con Piedad Córdoba, aprovecharía para preguntarle qué es lo que guarda dentro del turbante. Tal vez, esconde allí un arma o fajos de dólares. ¿O será que lo usa para ocultar su alopecia?


¿Y si me encontrara con el mismo Petro? En primer lugar, como le diría: ¿Señor Presidente o Comandante Aureliano? Ahora, si pudiera cruzar un par de palabras con él, podría preguntarle en dónde compra los zapatos Ferragamo (los que tengo, me costaron una fortuna en Le Collezioni). Incluso, podría pedirle una especie de pase gratis para viajar en el tren elevado que construirá entre Buenaventura y Barranquilla.


Llegó el domingo 7 de agosto. A la Plaza de Bolívar arribé con varias horas de antelación. El primer anillo de seguridad, conformado por policías, lo pasé sin mayor inconveniente; pero al llegar al segundo filtro, en donde estaba personal de logística y el staff de organización del evento, la cosa fue diferente:


-Invitación, por favor -anunció un hombre de chaleco amarillo, apostado en la entrada.


Le entregué la tarjeta la cual revisó con atención. Luego, con una discreta seña, llamó a un funcionario de traje y corbata. Cuando lo tuvo cerca le informó:


-Jefe, el señor Coronado es de los invitados del problema.

-Es Conrado -le corregí amablemente-. ¿Cómo así del problema?


El hombre de la corbata, quien también ya había revisado la tarjeta, me explicó con cierta condescendencia:


-Lo que pasa don José Luis…

-Es Jorge Luis -le interrumpí.

-Sí, claro. Lo que pasa -continuó- es que algunos destinatarios de las invitaciones se tomaron, por error, de la base de datos de Datacrédito y usted es uno de ellos. 

 

En ese momento lo entendí todo. Sin embargo, pensé que ya estando allí, haría lo posible por ingresar. De lo contrario, nunca sabría si Piedad es calva. Así que, mostrándome seguro, le dije:


-Debe haber una equivocación. Yo soy petrista de toda la vida.

-En ese caso tendría que demostrarlo -me dijo mirándome fijamente a los ojos, como tratando de descubrir si le estaba mintiendo.

-¿Qué debo hacer? -le pregunté, con algo de desconfianza.

-Es muy sencillo. Siga al módulo que está allá, para que pase por el Petrómetro -me respondió señalando el sitio hacia donde me debía dirigir.

-¿Petrómetro?   

-Sí. Es un aplicativo integrado a un polígrafo para identificar los adeptos a la causa petrista. Si usted es petrista, como dice serlo, no tendrá problemas en pasar la prueba.


 Me dirigí al módulo indicado sintiendo curiosidad y temor al mismo tiempo.


 -Le voy a hacer cinco preguntas -me explicó la mujer que me recibió, mientras me conectaba unos sensores en los dedos de la mano izquierda y me colocaba un brazalete en el brazo derecho, similar al que se usa para tomar la presión arterial. Todo estaba conectado a un portátil.

-Sus respuestas deben ser sinceras -prosiguió. El Petrómetro detecta si miente y por cada respuesta falsa resta un punto. Una vez procesada la información, el programa arroja un puntaje que determinará su grado de afinidad con el petrismo y, por tanto, si es digno de estar en la Transmisión de Mando -aclaró con tono intimidante.


Asentí con la cabeza, mientras me frotaba las manos que empezaban a sudar.


-Empecemos -anunció-. Primera pregunta: ¿Simpatizaba con el M-19? 

-Mucho -contesté con convicción. Hasta lloré cuando murió el Comandante Bateman.

-Segunda: ¿Tiene hijos en La Primera Línea?  

-Sí señora, el Yeison Esneider. Ese chino tiene una puntería…

-¿Participó en la “Tutelatón” para mantener a Gustavo Petro como Alcalde de Bogotá?

-Claro que sí. Incluso, firmé varias tutelas.

-¿Guarda su dinero en bolsas de papel?

-Así es. Siempre transporto los fajos de billetes en chuspas.

-Última pregunta: ¿Cuándo va a Girardot se excede en el consumo de cerveza?

-Sí. Mínimo, me empujo medio petaco.


Después de mirar en el computador lo que debió ser el resultado de la prueba, dictaminó, haciendo un gesto de desagrado:


-Menos 5. Todas sus respuestas fueron falsas. Usted no es petrista. Es indigno de asistir al acto de posesión; mejor véalo por televisión. 

-¡Qué raro! -exclamé, fingiendo algo de sorpresa-. De todas formas, mil gracias. Saludos y saludes a Francia.


Me retiré en silencio y busqué la salida con algo de prisa, por si acaso. Una vez en casa, me negué a ver la posesión. Seré indigno, pero tengo mi orgullo.  

 

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7 comentarios

  1. Muy ingenioso, que chévere.!! Gracias por este bálsamo de humor para los que definitivamente distamos de ser Petristas. Aunque para mí también resultan muy chistosos los bogotanos que vieron el desastre de este tipo como alcalde y aún así volvieron a votar por él. Bueno, esperemos, mas adelante sabremos si las lágrimas son de risa.

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  2. A mi me encanta … el humor, dicen los Que saben, es la ternura del
    Miedo y si, nos vemos entre el
    Miedo al cambio y la incertidumbre de cuál
    Cambio ….

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  3. Ay Jorge Lui, me has hecho reír mucho. Gracias por escribir y compartir.

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  4. Muy divertido el blog, me reí bastante...le salio competencia a Daniel Samper.

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  5. Yo también recibí la misma invitación, pero a diferencia de JLC, asistí, estuve rodeado de chamanes y brujos, rezanderas y mamas; una carga espiritual muy fuerte, por lo que tuve que cubrirme con la Sangre de Cristo y reprender a todos esos demonios que buscaban asentarse en nuestra nación. “Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales.”
    ‭‭Efesios‬ ‭6:12‬ ‭NVI‬‬
    https://bible.com/bible/128/eph.6.12.NVI

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    1. Excelente y divertido relato, me gusto y al inicio parecía real. Mucho talento apreciado Jorge Luis!

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  6. Interesante y divertido relato. Unete al PH jeje. Bolivar te lo agradecera.

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