Mi Voto en Blanco

 



El voto en blanco, como nunca, ha sido satanizado y quienes han pensado en tomar esta opción están siendo descalificados y acusados de lavarse las manos. Aun así, mañana votaré en blanco. 


No considero que el voto en blanco sea sacarle el cuerpo a la responsabilidad de elegir. Tampoco es evadir el compromiso con el país. Para mí, es una consecuencia lógica cuando no nos sentimos representados por ningún candidato. Si ninguna de las dos alternativas nos convence, es la salida legítima que tenemos.

     

Más allá del análisis de si en la práctica sirve como mensaje de protesta o si tiene efectos jurídicos, el voto en blanco es útil para quienes creemos que ningún candidato merece nuestro apoyo. Cuando he votado en blanco (lo hice hace cuatro años en segunda vuelta), me he sentido tranquilo conmigo mismo y satisfecho de haber cumplido con el deber democrático. Por todo esto, lo considero valioso, aunque no sume para elegir al presidente y, probablemente, termine en la cesta de la basura de la Registraduría Nacional. 

 

Un voto vale mucho para darlo a quien no termina de convencernos. Sin embargo,  respeto y entiendo a quienes votan por “el menos malo” o quienes lo hacen para atajar a un candidato en particular. Esa actuación es totalmente válida y cada quien tiene el derecho de elegir ese camino.

     

Ni Petro ni Rodolfo


Muchas de las propuestas que tanto Petro como Hernández han presentado, son de corte populista y su único objetivo es generar opinión a su favor que se traducirá en votos. Si bien el populismo sirve en campaña, no es útil para gobernar. Para dirigir los destinos del país, y más aún, para sacarlo de la situación crítica en que se encuentra, se requieren capacidades y valores que no he advertido en ninguno de los dos.


He escuchado de los dos candidatos una sarta de promesas que generan esperanza y suenan bien para el común de la gente. Pero dudo mucho que estas promesas se cumplan por carecer de financiación o porque simplemente no están en las manos del ejecutivo y requieren la aprobación del Congreso.  Así, me temo que muchas de las promesas de campaña se quedarán en buenas intenciones, totalmente desdibujadas y sin poderse materializar. Pero eso sí, atrajeron votantes en su momento.


Las dos campañas tienen como bandera la lucha contra la corrupción. Entiendo esta lucha no como un fin en sí mismo, sino como un factor clave para asegurar gobernabilidad. Ojalá el próximo presidente de los colombianos, sin importar quien sea, termine con todas las formas de corrupción reinantes en el país. Porque no sólo es corrupción exigir dádivas a cambio de un contrato, es también crear cargos burocráticos que no se necesitan, enmermelar al Congreso o hacerle una jugadita a la ley para disponer del presupuesto en épocas electorales.


El Cambio


Colombia votó por el cambio y tanto Petro como Hernández lo representan. Ahora bien, ¿será un cambio responsable que responda a las necesidades de la nación y que se lleve a cabo sin improvisaciones? No lo sé. Los dos candidatos me generan desconfianza y tengo mis reservas sobre su talante para dirigir al país. Con cualquiera que gane las elecciones, el país entrará en una etapa marcada por la incertidumbre debido a que los dos candidatos son impredecibles. Además, su personalidad ególatra y arrogante puede ser un factor de alto riesgo en la toma de decisiones.


 Voto a Conciencia


Tengo la sensación de que los resultados de la primera vuelta pusieron a los colombianos a elegir el mal menor. Conozco personas que votaron por Fico, en primera vuelta, y ahora votarán en contra de Petro, sin detenerse analizar si el ingeniero es una buena opción. De igual forma, a algunos amigos no les gusta ninguno de los dos candidatos, pero prefieren votar por Hernández porque es el que menos miedo les genera. Estas decisiones me parecen válidas. Cada uno tiene la potestad de observar el panorama político desde sus emociones y su propia perspectiva, y actuar en consecuencia.


Yo, por mi parte, votaré a conciencia y atendiendo la razón. Y esto me lleva, como ya lo he mencionado, a votar en blanco. De hecho, desde que Sergio Fajardo no pasó a la segunda vuelta, decidí que lo haría así. Apoyar a cualquiera de los dos candidatos sería como una traición a mis principios y convicciones.


Gane quien gane le deseo éxitos en su gestión. Que Dios lo ilumine para que tome decisiones acertadas, gobierne para todos, mejore la calidad de vida de los colombianos y acabe con la polarización que divide y genera violencia. Pero, sobre todo, que nos devuelva la ilusión de que podemos tener un mejor país.  

 

De corazón espero que las actuaciones del nuevo presidente me demuestren que no tenía la razón en mis apreciaciones y que mis reservas carecían de fundamento.  

Tal vez te interesen estas entradas

7 comentarios

  1. Hola Jorge y amigos. Muy respetable subpu yo de vista y así como lo dijiste, yo votaré por Rodolfo proque considero el menos malo y además Dios nos libre de un gobierno de izquierda que como sabemos en Suramérica han sido gravísimo ( Venezuela, Perú y hace poco Chile). Como lo dijiste, también le estoy pidiendo a Dios que ilumine al próximo Presidente de nuestro país. Saludos - Pedro R.

    ResponderBorrar
  2. Mi estimado Jorge. Respeto tú opiniòn pero pido a los votantes en blanco que lo reconsideren y se inclinen hacia Rodolfo para ganar ampliamente así los petristas no puedan objetar. Igual sòlo hay dos en la contienda y uno de ellos TIENE que quedar que va a ser Rodolfo. De mi parte no creo que el ingeniero sea malo ni el menos malo. Petro y su bancada sí que son malos. De forma indirecta los que votan en blanco le estan dando el voto a esos malandros. Un último intento oara ayudar a salvarnis de las garras de estos corruptos. Saludos. José Albero Franco.

    ResponderBorrar
  3. Muy identificada con que el voto en blanco es el que único que en esta segunda vuelta puede dejar tranquila mi conciencia. De acuerdo con que la personalidad ególatra de ambos candidatos genera desconfianza y seguramente será el talón de Aquiles de cualquiera que gane, aunque tal vez peor en el caso de Petro. Ya vimos cómo sus secretarios durante la Alcaldía no duraban más de 1 año...

    ResponderBorrar
  4. Es muy respetable este punto de vista. Esa es la democracia. Sin embargo, pienso que en un momento crucial como este, debemos comprometernos con alguien para que nos represente. Durante mucho tiempo estuvimos pidiendo a gritos un cambio, Llego el momento!. No podemos escudarnos en el voto en blanco y luego dedicarnos a criticar al presidente de turno. Me enorgulleció el resultado de las elecciones en primera vuelta. Por fin los Colombianos dijimos no más de los mismo. Con este resultado le abrimos las puertas a futuros candidatos que realmente quieran ayudar a que nuestro país por fin avance. Con mucho respeto los invito a elegir, a darle su voto a uno de los dos candidatos que están en la contienda, porque por más que el voto en blanco gane, este no nos va a gobernar y le estaríamos dando a otros la oportunidad de decidir por nosotros, en un momento tan importante.

    ResponderBorrar
  5. Jorge, Felicitaciones por tu Blog. Lamento ser contrario a tus opiniones. En una elección tan cerrada en los resultados (según estadísticas) sería de inutilidad el voto en blanco, ya que se estaría ayudando a elegir la peor opción (Petro), es por ello que mi voto es por (Rodolfo) quién mantenga la Libertades democráticas,de Propiedad y las más importantes, las de Fe!!!Lo que está en juego no admite análisis políticos de altos detalles quirúrgicos. Un abrazo y mil disculpas🙏

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Gracias, Bladi. Aprecio y respeto tus comentarios. Justamente se trata de contrastar ideas y conocer otros puntos de vista.

      Borrar
  6. George respetable posición. Al momento de votar hasta lo pensé … pero si no sirve de nada es una acción sin resultado. Hoy se marcaron 500.000 votos en blanco el porcentaje más bajo de la historia en los últimos 20 años …. Es que si el voto en blanco sirviera de algo en 2 vuelta hasta se apoya … ya tenemos Petrogobierno esperemos que demuestre que su esfuerzo valió la pena y que la izquierda puede ser siempre una opción válida, que ser izquierda no es de pobres, gente sin educación sino posturas ideológicas que puedan ayudar a equilibrar la brecha social, e no mica y educativa que todos sabemos existe en el mundo. Amanecerá y veremos.

    ResponderBorrar