La Cosa Política Está Moviéndose

 



Tras haber negado en varias ocasiones y en diferentes medios sus aspiraciones políticas y su intención de ser candidata presidencial, Vicky Dávila anunció esta semana que iniciará la carrera por la presidencia. Antes de hacerse pública su aspiración, la periodista ya marcaba bien en las encuestas, superando a otras candidatas, también de derecha, como María Fernanda Cabal, Paloma Valencia o Paola Holguín. Sin embargo, hay que tener en cuenta que esto no es como comienza sino como termina.


No sigo a Vicky Dávila, no la incluyo entre las mejores periodistas del país y me parece que su exitosa carrera —que es innegable que la ha tenido tanto en televisión como en radio y al frente de la revista Semana— se debe a que, aparte de ser una periodista talentosa, ha contado con buenos padrinos y con habilidad para escalar, aprovechando las oportunidades que se le han presentado. Es claro que Vicky tiene una aceptación entre los colombianos que ahora pretende convertir en votos; pero, para mí, está varios escalones abajo de periodistas como María Isabel Rueda, Directora de la Revista Credencial y columnista de El Tiempo; Luz María Sierra, Directora de El Colombiano o Yolanda Ruíz, columnista de El Espectador y El País, por citar solo algunos nombres. Se le nota mucho su falta de objetividad, es poco profunda en los análisis y las veces que ha “pelado el cobre”, como cuando se peleó con Hassan Nassar, ha revelado su verdadera personalidad, esa que se esfuerza por disfrazar. En su favor debo decir que ha liderado las denuncias de actos de corrupción del gobierno, desenmascarando a familiares y amigos del presidente.


Aunque Vicky lleva haciendo una especie de campaña soterrada, prácticamente desde que inició al gobierno Petro, tal vez, envalentonada por el nombramiento de su amigo Marco Rubio como nuevo Secretario de Estado de Estados Unidos, decidió que era el momento de lanzarse al ruedo político, aun faltando mucho tiempo para las próximas elecciones presidenciales. También es probable que animada por los triunfos de otros outsiders de derecha de la región como Milei y Bukele, haya decidido abandonar su cómoda trinchera en Semana, desde donde le hacía feroz oposición al gobierno Petro. Ahora, sin el rol de periodista, no puede quedase en criticar. Tendrá que asumir posiciones y proponer alternativas de solución. Veremos que tan bien lo hará.

Considero que Vicky Dávila va a contribuir a que se siga agudizando la polarización y por su discurso fuerte y poco conciliador, marcará aún más la división entre derecha e izquierda. Llega enarbolando la bandera del antipetrismo en el cual finca sus opciones. En ese plano, rivalizará con los candidatos del Centro Democrático y con el mismo Vargas Lleras para ver quien tiene el discurso antigobiernista más duro. Pero tendrá que hacer mucho más que eso si quiere pasar a la segunda vuelta de las presidenciales de 2026.

Remate al Arco. ¿Quién financiará la campaña presidencial de Vicky Dávila? ¿Será Jaime Gilinsky, dueño de Semana —que sería como un  Elon Musk criollo— o el clan Gnecco, la poderosa familia de la costa Caribe, que enfrenta procesos judiciales por actos de corrupción, homicidio y vínculos con grupos paramilitares, de la cual hace parte su esposo, José Amiro Gnecco?

















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1 comentario

  1. Bueno anhelamos cese ya la horrible noche y a muchos les sigue gustando q le hablen de cambio, así q mujer, sin partido político presumo una buena acogida, ahora en cuánto a desempeño y con esas mismas características y por el bien general una dupla con Cabal por lo menos tendríamos con q hacer contrapeso. Un abrazo

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