El pasado jueves 12 de septiembre se cumplió el primer aniversario del fallecimiento de uno de los acordeoneros más grandes e influyentes en la historia del vallenato. Hace ya un año que Miguel López partió con todo y acordeón, y con ello, el género perdió a uno de sus más grandes exponentes.
Forjado como acordeonero desde la infancia en La Paz (Cesar), su pueblo natal, Miguel Antonio López Gutiérrez, como muchos juglares, aprendió a tocar solo. Tiempo después, se convertiría en el líder de la agrupación musical Los Hermanos López, el primer conjunto vallenato que ganó el Congo de Oro en los Carnavales de Barranquilla y en donde comenzaron consagrados vocalistas como Jorge Oñate y Diomedes Díaz. Esta legendaria agrupación grabó algunos de los temas más bellos del folclore vallenato, que se hicieron inmortales en la voz del también desaparecido Jorge Oñate, como El Cantor de Fonseca, Palabras al Viento, No voy a Patillal, Amor Sensible y, uno de mis favoritos, El Historiador.
López, quien alcanzó la corona como el quinto rey del Festival de la Leyenda Vallenata en 1972, introdujo un par de cambios al certamen que se han mantenido hasta hoy. En primer lugar, llevó un cantante a la competencia —nada menos que a Oñate— cuando lo normal era que el acordeonero también cantara. La segunda modificación fue la implementación de solos de caja, guacharaca y acordeón en la interpretación de la puya, los cuales con el tiempo, se volvieron obligatorios.
El llamado “Rey de los Bajos” por su excelente forma de utilizarlos en la ejecución de los cuatro aires, fue pilar de una de las dinastía más importantes en la historia del vallenato. Su hermano Elberto (“Debe”) —a quien Diomedes Díaz le pidió el favor de que llegara a esa ventana marroncita en su famosa composición Tres Canciones— fue rey en 1980. Su hijo Álvaro se coronó en 1992 y en 2017 lo vi proclamarse Rey de Reyes. Además, su sobrino Navín López se hizo rey en 2002. Todo esto, sin dejar de lado que era primo del único acordeonero que ha ganado tres veces el título de rey vallenato: Alfredo Gutiérrez.
Remate al Arco. Tal vez por el hecho de que Miguel López falleció en la misma semana que el maestro Fernando Botero, su deceso pasó un poco desapercibido en los medios. Recuerdo que hace un año, por esos días, el país lamentaba la partida del artista mundialmente reconocido por sus pinturas y esculturas. Yo, en realidad, lamentaba la del otro artista, menos conocido en el mundo, pero inolvidable para mí.
Talentos natos e inigualables. Q.E.D.
ResponderBorrarHola Jorge! Gran reseña de reconocimiento a un grande del Vallenato, la dinastía López ha sido y sigue siendo fundamental aún en el sostén del verdadero y auténtico vallenato. Una oración por el descanso eterno del Alma del maestro Miguel López 🙏🙏🙏
ResponderBorrarQue grande fue Miguel López. Buen gusto Dr Jorge Luís. Estuve en una reunión con Álvaro López y fue un placer oírlo tocar la creciente del César y el viejo Miguel.
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