La Constituyente de Petro

 



Tengo la impresión de que nuestra constitución política, poquito a poco, se está convirtiendo en una colcha de retazos. Se está volviendo costumbre que los gobernantes de turno, sin importar si son de derecha o izquierda, reformen la Carta Magna o intenten hacerlo, para que sirva a sus intereses personales. En 2005, Álvaro Uribe la modificó para hacerse reelegir, en medio de grandes escándalos. El más mediático fue la denominada ‘yidispolítica’ por la que fue condenada la congresista Yidis Medina, al aceptar ante la justicia que recibió sobornos a cambio de votar en favor de la prolongación del mandato de Uribe. Ese mismo hecho ocasionó que dos de los ministros del entonces presidente —Sabas Pretelt de la Vega y Diego Palacio— terminaran en prisión. Ahora, es el presidente Petro quien quiere meterle el diente a la Carta política y lanza una propuesta para convocar a una asamblea constituyente.


Como es usual en Petro, se desdice con gran facilidad e incumple lo prometido. Tanto en las campañas de 2018 como en la de 2022, afirmó que no convocaría una constituyente. Más aún, en la del 2018, escribió en mármol una docena de compromisos, en donde se lee, en el segundo de ellos, lo contrario de lo que hoy pretende hacer. Aunque lo niegue, con este viraje, Petro destapa sus cartas respecto a su intención de aferrarse al poder, con base en una posible reelección habilitada por una constitución ajustada a su conveniencia, que de paso, le servirá para imponer, a la fuerza, sus cuestionadas reformas.


De todas formas, dudo que pueda materializar esta idea. Si no ha podido que el congreso le apruebe las reformas y tampoco ha sido capaz de gestionar con éxito otros temas de menor calado, mucho menos podrá sacar adelante una reforma constitucional. Para que lo pueda hacer, en principio, tendría que obtener la aprobación de un proyecto de ley —que debe surtir cuatro debates en el congreso— y someterlo al control previo de la Corte Constitucional. Suponiendo, que se apruebe la ley y que pase sin inconvenientes por la Corte, se requiere, además, que al menos la tercera parte del censo electoral (cerca de 13.5 millones de votos) esté a favor de citar una asamblea constituyente. De obtenerse esa mayoría, empezaría, entonces, el proceso en el que los ciudadanos decidirán quienes van a integrar la asamblea, lo cual no asegura que en su mayoría sean de la línea petrista.

Así las cosas, no creo que esa idea prospere o que el tiempo le alcance al presidente para concretarla. Y si llegara abrir esa peligrosa puerta, no creería, tampoco, que obtenga mayorías en la asamblea, con lo cual se esfumaría la posibilidad de realizar las modificaciones que quiere. Sin embargo, puede suceder que Petro intente hacer una constituyente por fuera del mecanismo previsto por la misma constitución de 1991. Es decir, que se invente, en su delirio por quedarse en el poder, una trapisonda o maniobra ilegal, sin tener que pasar por el congreso ni por la Corte y que le permita seleccionar los constituyentes a dedo para asegurar mayoría. En ese aterrador escenario, muy seguramente tendríamos una asamblea integrada por miembros de la primera línea, influencers petristas, activistas de la izquierda radical, miembros de FECODE y hasta exfuncionarios del gobierno que habiendo renunciado a sus cargos, le hacen el mandado al presidente. Ya me imagino a Sebastián Guanumen postulándose para presidente de la asamblea constituyente y dispuesto, otra vez, a correr un “poquito” la línea ética. Confío en la solidez de nuestra democracia y en el poder de las instituciones para que no ocurra algo así.

En lo de la constituyente, como en muchos otros temas, Petro le mintió al país al igual que lo hizo Rodolfo Hernández cuando en campaña se mostró como el adalid contra la corrupción y terminó condenado precisamente por delitos relacionados con corrupción. Y pensar que ellos dos terminaron disputándose la presidencia de Colombia. Es de no creer.

Remate al Arco: Con la cantidad de burocracia que han creado, para quien sea petrista, es muy fácil conseguir puesto en el gobierno nacional, así no esté preparado. Sólo basta que sea bachiller para que le den una embajada o mejor aún, lo nombren en un cargo que le permita manejar billones de pesos.

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5 comentarios

  1. Muy claro y objetivo tu comentario. Esta situacion de Petro con su personalidad y forma de gobernar la predijo como si fuera un vidente su exministro de educacion Alejandro Gaviria

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  2. No de izquierda pero mucho menos de derecha (que le ha dolido dejar de manejar la finca). Eso si a muchos que atendieron universidad nunca les escucharemos una mala palabra. Les sugiero el corto video de Dolly Montoya en You Tube "Nos acostumbramos a vivir polarizados".

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  3. Todo está muy claro en su escrito, más claro imposible, la incertidumbre en los colombianos seguirá con un presidente que no sabe para donde va o a lo mejor si, Dios salve nuestro país .

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  4. Muy buen artículo y como siempre muy acertado. Ojalá como tu dices no le alcance el tiempo para aprobar la Constituyente que está propiniedo porque como siempre, dice una cosa y hace otra. Nos queda.seguir orando por nuestro pais y que estos 2 años y algo que le quedan de Gobierno pasen rápido y no pueda seguir haciendo barbaridades. Saludos

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  5. Sin estar polarizado, muchos escenarios que describes del gobierno actual se han repetido gobierno tras gobierno, así que el problema no es de partidos sino de cultura. La terquedad del gobierno actual y su afán de hacer cosas bien para sustentar la gran responsabilidad de un gobierno de izquierda haciendo las cosas bien, solo han traido improvisaciones. Y como lo visto hasta ahora, faltará mucho a que llegue un gobierno que nos haga pensar como comunidad y no como individuos. Muy buen artículo

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