Bogotá, la Número Uno

 





No es poca cosa que mi querida Bogotá, la ciudad que me vio nacer, ocupe el primer puesto en un ranking mundial. Ser la número uno no es fácil. Y hay que reconocerlo: es el resultado de la gestión del equipo de gobierno liderado por la alcaldesa Claudia López, quien con sus decisiones y ejecutorias hoy tienen a la capital a la cabeza de la lista.


El ranking al que hago referencia se deriva del estudio presentado hace unos días por la firma TomTom Traffic Index, publicado por el Financial Times. La investigación que midió algunos aspectos relacionados con el tráfico urbano en 2022, cubriendo 390 ciudades en 56 países de 6 continentes, dio como resultado que Bogotá ocupa el primer lugar como la ciudad con la mayor congestión vehicular del mundo. Ya era hora q tuviéramos el primer lugar en algo.

Entre los aspectos más destacados que midió el estudio está el tiempo necesario para conducir un viaje de 10 kilómetros hacia y desde el trabajo, durante las horas punta (horas con mayor congestión vehicular), comparándolo con el mismo viaje en “condiciones óptimas”; es decir, con tráfico fluido. En este punto, Bogotá ocupó el indiscutible primer lugar con un promedio de 132 horas perdidas anualmente por los conductores, en los hermosos trancones habituales en las horas pico. Aunque el estudio no lo reveló, me imagino que en las horas valle, el promedio de horas anuales en las que estamos atrapados en el embotellamiento no debe estar muy lejos del resultado de la medición.

Perder 132 horas equivale a cerca de 6 días al año que el trancón nos roba de nuestras vidas. Otro componente de la pésima calidad de vida que ofrece Bogotá.

Entre los factores clave de "éxito" para tener el peor tráfico del planeta, podemos mencionar el retraso de los proyectos de infraestructura para mejorar la movilidad; el deterioro de la malla vial; el incremento exagerado de motos que circulan por la ciudad que parece no tener control alguno; la intervención que se hizo a la carrera séptima y la once, que redujo las calzadas para hacer ciclorrutas (tengo la percepción que cada vez son menos utilizadas porque los ciclistas temen a que les roben sus bicicletas); la construcción convulsiva de la nueva troncal de Transmilenio por la Avenida 68; las obras asociadas a la primera línea del Metro y, en general, los trabajos que adelanta el IDU que parecen eternos y tienen un impacto fuerte en la movilidad.

Confío que, en la medición de este año, que se dará a conocer en 2024, nos mantengamos en el top del ranking. En ese sentido, creo que la alcaldesa, junto con su Secretaría de Movilidad y con la ayuda del IDU, están haciendo todo lo posible para que no nos quiten ese honroso primer lugar.

Remate al Arco: No he escuchado pronunciamiento alguno de la alcaldesa López, sobre este estudio. ¿Será que está alistando discretamente la celebración de este legítimo logro en el Parque Simón Bolívar?




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