Irene Vélez: Como Dice una Cosa, Dice la Otra

 





A sabiendas de que corro el riesgo de ser injusto al generalizar, me atrevo a decir que los ministros del actual gobierno actúan más como militantes políticos que como funcionarios idóneos para manejar la cartera a su cargo. Son frecuentes las declaraciones de algunos ministros con marcado sesgo ideológico que luego terminan desdichas. Con esta sucesión de reculadas y salidas en falso, han demostrado su inexperiencia en el manejo de los asuntos públicos.


Capítulo aparte merece Irene Vélez, ministra de Minas y Energía, quien mantiene una narrativa como activista, en ocasiones, en desmedro de los intereses de su propia cartera. Vélez se ha hecho famosa por sus afirmaciones desatinadas, algunas desmentidas por el entonces ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo y otras ridiculizadas por su anterior colega de agricultura, Cecilia López. Para no ir más lejos, Ricardo Bonilla, actual minhacienda, ya ha tenido desavenencias públicas con la ministra, en relación con la fórmula para definir los valores de la gasolina. Sobre este particular, Bonilla dijo hace unos días que la iniciativa que prevé Irene Vélez (vender combustible por debajo de los precios internacionales), no podría ser ejecutada pues pone en riesgo la estabilidad fiscal.

Prácticamente recién posesionada, la ministra Vélez tuvo una intervención en un panel sobre Competitividad, Minería y Desarrollo Rural. En el mencionado evento, salió con esta desafortunada declaración que dejó estupefacto al auditorio: “Colombia debe exigir a otros países que empiecen a decrecer su modelo económico”. También son tristemente célebres afirmaciones como “No podemos seguir creciendo porque eso es una desestabilización potencial de la economía” y “la tasa de cambio es lo que se conoce como IPP”, confundiendo el Índice de Precios al Productor (IPP) con la TRM. Y, por si fuera poco, consideró a San Andrés Islas como un municipio y manifestó que los buques “tanqueaban con gasolina”. A parte de estás descaminadas salidas, lo más preocupante fue la presentación de un documento sobre los recursos y reservas, en el cual se introdujeron cifras que, según los conocedores del tema, incluyendo subalternos suyos, estaban erradas.

La ministra Vélez ha demostrado que las matemáticas no son su fuerte. Tampoco le va bien con el orden de magnitudes, útil para comparar cifras de manera aproximada, privilegiando el tamaño relativo sobre la precisión. No es igual equivocarse en el detalle de un dato que en un orden de magnitud. Eso es lo que le ha pasado a la ministra Vélez cuando dijo que el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles tenía un déficit de $10.000 billones o cuando afirmó que los embalses están por encima del promedio histórico de las últimas 20 décadas (véase video adjunto). No son simples lapsus. Son errores de magnitudes que demuestran sus problemas para dimensionar razonablemente las cosas.

¿En manos de quién está la política energética de nuestro país? La respuesta que se me ocurre, por demás alarmante, es en manos de una filósofa ideologizada que no estaba preparada para asumir el cargo que ostenta; que hace pronunciamientos que comprometen la estabilidad energética del país; que es capaz de presentarse en tenis en una visita oficial a los reyes de España, pero incapaz de gestionar los subsidios de energía eléctrica para los hogares más pobres; que no tiene claro los conceptos básicos que rigen su ministerio y tampoco posee un entendimiento adecuado del complejo sector minero energético. Su inexperiencia e incompetencia es notoria, con lo cual hay un riesgo grande de que tome decisiones inconvenientes. A pesar de que ha sido asesorada por varios ex ministros de Minas, sigue siendo evidente su falta de rigor técnico.

Son muchas las voces que invitan al presidente a remover a la ministra Vélez y nombrar en su reemplazo a una persona técnica que conozca el sector. Dudo mucho que esto suceda, al menos por ahora. Su condición de hija de Hildebrando Vélez, un ambientalista cercano a Petro y, más aún, a la vicepresidenta Francia Márquez, le garantizan su permanencia en el gabinete, así siga demostrando que le queda grande el ministerio. Una muestra más de que el amiguismo es el criterio con el que este gobierno nombra a sus funcionarios.

Es posible que Irene Vélez, en otro cargo, se destaque y realice una buena gestión. Pero por ahora, al frente del ministerio de Minas y Energía (o de Memes y Energía, como dicen en las redes sociales), le aplica el eslogan que Julián Arango creó para Davivienda: “Está en el lugar equivocado”.

Remate al Arco: Con tantos descaches y salidas poco brillantes, me parece que Irene Vélez ya destronó, o está en camino de hacerlo, a Natalia Paris.

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