El Sacacorchos

 



El presidente Petro pidió la renuncia protocolaria a todos los ministros y el miércoles pasado aceptó la de siete de ellos, incluida, sorpresivamente, la ministra de Salud, Carolina Corcho. Con esto, ya son 10 los ministros que ha cambiado en menos de nueve meses de gobierno. Este hecho rememora lo que pasó cuando fue alcalde de Bogotá: removió, entre Secretarios del Distrito y directivos del gabinete, a 43 funcionarios. Es indudable que a Petro le cuesta consolidar su gabinete y hacerlo perdurable. Si lo ponemos en términos futbolísticos, ha dado muestras de que no tiene clara la alineación y decide hacer cambios tempranos, cuando el problema puede ser más del estratega que del mismo equipo.


Siento la salida del Minhacienda, José Antonio Ocampo, que de lejos era el ministro más importante y trascendente del gabinete. Ocampo tenía el conocimiento, experiencia y carácter necesarios para decir no, aun en contravía de los deseos del presidente. No pensé que fuera a estar en el gobierno por mucho tiempo, pero sí creí que al menos estaría hasta el año entrante, si tenemos en cuenta que la Universidad de Columbia (Estados Unidos), en donde es profesor, le había extendido la licencia hasta mediados de 2024. Me luce que la decisión de Petro de removerlo justo cuando se va a votar el Plan Nacional de Desarrollo, más que otra cosa, es una muestra de desinteligencia. A esto sumémosle que la confianza del manejo económico que daba Ocampo, al interior y hacia afuera, no la va a poder ofrecer Ricardo Bonilla, su sucesor, que así sea un buen economista, se verá como un fiel alfil del presidente al servicio de sus caprichos.

Una salida que no me extrañó mucho fue la de Cecilia López, la ministra de Agricultura. No olvidemos que ella, junto a José Antonio Ocampo y Alejandro Gaviria firmó la carta, que se hizo pública, en la cual rechazaron la reforma a la salud, argumentando su inconveniencia para el país. Además, López recientemente criticó el discurso de la ministra de Minas y Energía sobre la transición energética, lo cual, en mi opinión, pudo haber incidido en la aceptación de su renuncia, pues desnuda, una vez más, la falta de cohesión del gabinete.

Si Petro quería un equipo de gobierno en donde nadie disiente, con ministros incapaces de controvertir cualquier decisión suya, me parece que ya lo logró. Sin un polo a tierra en el gabinete —eso era Ocampo— que ataje iniciativas desbordadas, correremos el riesgo de que se impulsen, desde el ejecutivo, propuestas populistas e irresponsables.

La ideologización —que no es buena ni para el gobierno mismo ni para el país— es el común denominador del nuevo gabinete. Un gobernante, aunque sea medianamente inteligente, debe rodearse de personas competentes, que aporten desde diferentes perspectivas y que tengan el valor de defender sus puntos de vista así sean contrarios a los suyos. Sin embargo, Petro, a quien creía inteligente (al menos esa fue la impresión que me dio en los debates televisados en la pasada contienda presidencial), hizo todo lo contrario: conformó un gabinete ministerial con áulicos que le endulzarán el oído, que serán incapaces de llevarle la contraria y terminarán diciéndole exactamente lo que quiere escuchar. Pareciera la creación de un comité de aplausos.

Al inicio del mandato Petro, vi con buenos ojos que el gabinete incluyera ministros técnicos e idóneos, pertenecientes a corrientes políticas diferentes a la del presidente. Percibí un gabinete con un poco de vocación hacia el centro. Pero ahora, con el nombramiento de los nuevos ministros, el viraje es total hacia la izquierda. La radicalización es inocultable.

Remate al Arco: Leí que la ministra de Minas, Irene Vélez, no pasó la carta de renuncia porque no sabía lo que significaba el término “protocolaria”. 
🤣

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5 comentarios

  1. Buena nota y buena reflexión Jorgito. Pero incluso, pareciera aún peor que el principal problema del estratega - para infortunio de una buena mayoría de colombianos - no es tan sólo que no pueda organizar un buen equipo y una buena alineación, como en la analogía apropiada que expones, sino que no sabe con claridad cuál es el plan. Y eso, entonces, puede ayudar a entender un poco mejor todo lo qué pasó con sus equipos de Gobierno en la Alcaldía de Bogotá y en el Gobierno Nacional. Un afectuoso saludo. José I. Delgado

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  2. Coincido contigo. No hay un plan claro. Sin tener el rumbo definido no hay estrategia ni equipo que valga. Cuando uno no sabe para donde va, cualquie bus le sirve.

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  3. Es la primera vez que veo que un Corcho se hunde. GCM

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  4. Increíble que Vélez siga en el gabinete. A todos nos va a doler la salida de Ocampo, así los Petristas no lo entiendan. Esto pinta cada día peor.

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  5. A mí me pasó igual Jorge cuando el presidente Petro conformó su equipo ministerial inicial. Me bajó la zozobra o mejor el susto que me ha producido este cambio político en nuestro país al ver los nombramientos tan acertados que hizo y nos llenó de esperanza.
    Pero ya se acabó el “contentillo , pues muestra el presidente que solo quiere que se haga lo que él estime conveniente, así se ponga en peligro el desarrollo del país.

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