Convengamos en que no hay nada más peligroso que una mujer herida producto de una infidelidad. Lo digo en referencia a las tres barranquilleras que últimamente han dado de que hablar: Shakira, Aida Merlano y Dayssuris Vásquez. Si bien cada una ha vivido una historia diferente, tienen un común denominador: fueron engañadas por sus parejas —aunque en el caso de la excongresista el engaño tiene una connotación diferente— y las tres decidieron vengarse. Son tres hermosos ejemplos de lo costoso que puede salir una traición.
Shakira ha manejado su resentimiento haciendo sonar la caja registradora. Ha tomado revancha diciéndole cantadito a Piqué lo que piensa de él y asegurándose que todo el mundo, literalmente todo el mundo, lo sepa. Así, sus últimos éxitos musicales están inspirados por el desprecio y rencor que siente por su expareja. Ya lleva cuatro canciones (Te Felicito, Monotonía, Music Session Vol. 53 y TQG), las cuales, montadas sobre la novela de su separación, no son otra cosa que la monetización del despecho.
En cuanto a Aida Merlano, me parece que llegó rejuvenecida después de su estancia en Venezuela. No se mucho de estética, pero creo que se puso algo en la cara que la hace ver más joven. Tal vez se hizo un fillers para restaurar su cutis y mejorar su apariencia. Como que no solo compra votos si no también botox.
Me sorprendió que siendo prófuga de la justicia fuera recibida cual estrella de cine. El trato que le dieron las autoridades a su llegada fue vip: llegó en un vuelo chárter sin esposas, con ropa y accesorios de marca que contrastaron con el chaleco antibalas que le pusieron los funcionarios del INPEC, quienes la saludaron de mano y con gran deferencia. Faltó que se hubieran tomado una selfi con ella antes de que se les volviera a escapar.
No sé si la retaliación de Aida será contra Julio Gerlein o Alex Char. De pronto, será contra los dos, con quienes sostuvo tórridos romances. Cuando estalló el escándalo, por uno de los mayores casos probados de corrupción electoral, la dejaron sola y tanto Gerlein como Char tomaron distancia y negaron cualquier relación con ella, sobre todo de tipo amoroso. Es claro que Aida no actuó sola, pero, sin embargo, fue la única que terminó juzgada y condenada por ese bello emprendimiento de compra de votos en la costa Atlántica. El “ventilador” que prenderá Aida, con las pruebas que dice tener, puede incriminar no solo a sus exparejas si no a todo el clan Char.
Por su parte, la venganza de Dayssuris Vásquez por el adulterio de su esposo, Nicolás Petro, no podía ser otra que la delación. El hijo del presidente la engañó con Laura Ojeda, una de las amigas más cercanas de Day, una especie de Clara Chía criolla y de quien se dice está esperando un hijo suyo. En redes sociales, Day ha anunciado que lo que ha dicho hasta ahora no es nada en comparación con todo lo que le va a contar a la Fiscalía y a la Procuraduría, en relación con los dineros de dudosa procedencia que recibió el diputado Petro, en efectivo, para la campaña presidencial de su padre. Aún no se ha comprobado si esos dineros, que serían unos $600 millones, realmente ingresaron a la campaña Petro Presidente. Hasta ahora todo indica que Nicolás decidió quedarse con esa platica. Esas son las pequeñas travesuras que a veces les hacen los hijos a sus padres.
De convalidarse las pruebas que tiene la exnuera del presidente, se acabaría la carrera política de Nicolás Petro y muy posiblemente podría terminar en la cárcel, pues en su condición de funcionario público, enfrentaría varios cargos en su contra. En un país en donde los escándalos, generalmente, no terminan en nada, ojalá, esta vez, sí pase algo con todo lo que van a contar Aida y Day.
Remate al Arco: Sé que la venganza no es buena, pero a mí me encanta cuando me vengo.